Normal al Puro.

Han pasado poco más de 3 meses y ya estamos aquí, a los pies del Puro con la tarea que dejamos pendiente ya que la anterior vez nos quedamos en el collao a puertas de la cumbre ( a unos 80 metros). Aquella vez fuimos bastante lentos y en el collao vimos que lo más correcto era bajarse para que no se nos echara la noche encima ¡y aún así llegamos justos!

Pues bien, a la segunda fue la vencida y a las 11,15h ya estamos luchando con el primer largo, el más difícil para mí. Los dos primeros largos son de continuidad por una fisura-chimenea y a eso de las 14h está empezando Guillermo la cueva del 6a. ( cuarto largo) el cual encadenó. Íbamos alternando los largos en orden contrario a la otra vez. En la chimenea nos saltamos la reunión del medio, sabiendo que aunque las cuerdas llegan justas, llegan (58 metros aprox.)
Una vez en el collao con las 15h en el reloj me decido a coger todos los zarrios y tirar hacia arriba para salir esta vez por arriba, cuando supero el collao es una flipada todo lo que tienes bajo tus pies, pero a la vez había ir con cuidado pues llevaba demasiados metros y solo había chapado dos cordinos roñosos. Cuando llego a la runión la monto sin pensarmelo aún sabiendo que podía tirarle hasta la siguiente (pues se pueden empalmar los largos) y una vez que ya sube mi compañero, me dedico a observar este paraíso. Cuando Guille se asoma al collao está igual que yo hace unos minutos...y cuando nos juntamos en la reunión sale sin apenas pararse superando una pancita bastante dura (5c) pero acerable, jeje. De aquí se hace una leve travesía a la derecha para encararte al 6b un desplome tampoco obligado. Aquí debajo está la otra reunión que esta vez sí que nos saltamos. A partir de aquí ya tumba y cuando pasan las 4 de la tarde estamos pisando la cumbre del Puro ¡Qué chulada!
Después de unas fotacos y un tiempo de descanso bien merecido, empezamos las maniobras de los rápeles y a las 18h estamos los dos con los pies en el suelo, camino del bar para celebrarlo con un buen embutido, pan de Ayerbe y una buena jarra de cerveza, ¡que vía tan impresionante!
Dificultad. 6b, recomendable.

Pany Haus. Riglos.

Es viernes por la noche, y esta tarde he acordado con Iñaki ir mañana a Riglos para hacer la chimenea Pany Haus que nos dejará en el collao y si da tiempo y nos vemos bien subiremos hasta el Pisón. Como siempre, la noche de antes de ir a Riglos sea a hacer la vía que sea me cuesta un montón dormirme y cuando lo consigo me despierto y me vuelvo a despertar y es que escalar aquí es diferente a todos los demás sitios, aquí siempre se lleva el culo un poco prieto por sus típicas panzas, estrechamientos, alejes...y muchas más cosas que solo hay en un paraíso como este.
A las 11,30h estamos al pie de la vía mirando este pedazo de paredón. Empezó el agüelo tirandole de primero y a partir de ese momento fuimos turnándonos los largos para ganar tiempo. Iba escalando metros y me defendía bastante bien, los spits alejaban pero subía con cabeza y concentrado para no fallar, pues una caída en algún tramos puede suponer lo peor.
No sé por qué pero tenía la idea de que la vía era más difícil de lo que luego ahi arriba me parecía, mi técnica no es para tirar cohetes pero me sirve perfectamente, esta consiste en arrastrarse todo lo que puedas. Y poco a poco las dificultades principales iban siendo superadas y de tiempo íbamos bastante bien pues hicimos la vía en 4 horas y media el problema fue que entramos demasiado tarde para tirarle hasta el Pisón y los dos teníamos bastante por hoy y yo estaba muy satisfecho de toda la actividad, así que sin más historias nos fuimos hacia la derecha haciendo una travesía un poco expuesta y rota (a Iñaki se le fue un bolo, pero no pasó nada porque iba de segundo) hacia la línea de rápeles evidente por la canal.
Cuando llegamos al suelo fuimos directos al bar a celebrar como dios manda la trapada del día. Cada vez que escalo en Riglos es otro mundo diferente, es otra historia y la verdad que esta vía es para ir sin miedo y disfrutarla.
Dificultad: 6a

Espolón Elegante al Puig Campana.

Sin descanso alguno al día siguiente fuimos hacia el Puig Campana, un paredón impresionante. Esta vía de 350 metros es sin duda la más exigente, comprometida, constante que he podido hacer hasta ahora. No había descanso, ningún largo era fácil, los IV+ se complicaban por momentos, todo es diferente aquí.
Hasta el pie de vía hay alrededor de una hora de pateo. La entrada es más o menos clara (hay una flecha). Cuando empezamos a escalar eran las 10 pasadas, el primer largo es apañarse hasta llegar a un árbol que hay al pie de la fisura del segundo largo, el más difícil, 6b+. Antes de empezar la vía habíamos acordado que este largo me lo iba a currar yo y así fue con pedaleta y todo el tinglado pero salió. Me colgaba de clavos roñosos y cordinos reventados (no tenía navaja para cortarlos) como de parabolts. Luego tenía una travesía a la derecha que esta si que estaba totalmente desequipada y tuve que usar los fisureros en condiciones.
A partir de aquí, las horas pasaban demasiado rápidas y nosotros subíamos demasiado lentos, como de costumbre, pensábamos que las principales dificultades habían sido superadas pero esos quintos eran bastante duros. En el cuarto largo se veía un cordino a la derecha y otro a la izquierda y en la reseña que nosotros llevábamos señalaba que el camino correcto era por la derecha pero después de intentarlo varias veces tuve que desistir a hacer una travesía a la derecha por una placa expuesta, así que le tiré por la izquierda y tuve que usar por segunda vez mis estribos en otra fisura bastante dura, y cuando acababa este largo salíamos ya a la segunda parte de la pared y supuestamente más fácil.
Cuando llegué al pie del espolón final eran alrededor de las 17h y le comente a mi hermano que eso no me parecía IV- como indicaba la reseña así que fuimos hacia un cordino que había a la izquierda del espolón pensando que era la línea de rápeles, pensamiento equivocado, cosa que nos hizó perder más de una hora.Cuando la noche ya estaba encima Javi hizo ese espolón que a mi me había parecido complicado metiendo tres seguros en 30 metros, pero vimos que todo se había complicado, que estábamos a 300 metros del suelo con la noche encima y sin frontales (gran fallo mío, que no los traje de Zaragoza pensando que no nos íbamos a meter en ningún marrón semejante) así que la única que nos quedaba era esperar a que se hiciera de día para poder escalar los dos largos que nos quedaban el primero ya lo había montado mi hermano por la noche rapelando de un bloque de roca, para subir por la mañana los dos de segundo.
Me aseguré a un árbol que había allí mismo para ver donde preparábamos el vivac para pasar la noche mientras Javi rapelaba, la cosa no fue muy lejos pues pasamos un cordino al árbol y allí a eso de las 19h estábamos ya cambiandonos los gatos y comiendo algo por primera vez en el día. Nos abrigamos con los forros polares que por suerte habíamos traído. La noche no se hizo muy larga y eso que tampoco dormí mucho que digamos, pero el frío era moderado y el viento solo nos vacilaba por momentos ya que estábamos detras del espolón un poco protegidos. Y allí sentados pasábamos las horas hablando y comiendo empanadillas que nos habían sobrado para que las horas se pasaran más rápidamente.
Toda la noche había estado despejada pero sobre las 6 de la mañana la niebla nos empezaba a envolver poco a poco y sin enterarnos. A las 7,30 ya estábamos preparados para salir hacia arriba pero no se veía nada y esperamos hasta las 8 que clareó un poquito. De aquí hasta la sirga de bajada nos quedaba tan solo un largo muy facilito y rápido pero la suerte nos había vuelto a jugar una mala pasada.
Tendremos que ir pensando en dejar de escalar... porque no estamos hechos para este tipo de marrones, pero bueno poco a poco vamos saliendo de ellos, eso sí, para meternos en otros.

Dificultad: 6b+/V,A0

Espolón Amarillo y Espolón Limaban.

Debido a que el Pirineo estaba inpracticable para este puente de San Valero decidí irme con mi padre a tierras valencianas donde nos esperaba Javi para trepar todo lo que se podía, y así fue, apuramos al límite.

Daban buen tiempo para el jueves y el viernes así que había que aprovechar y el primer dia fuimos a Toix para entrenar un poco para el día siguiente que nuestros pasos se dirigirían al famoso Puig Campana que son palabras mayores.
Hicimos primero los dos primeros largos del espolón amarillo, que estaba semiequipado (las reuniones y algún pitón en algún pasito). Del todo recomendable, el primer largo sale IV+ y el segundo sale de la reunión en travesía a la izquierda cogiendo una chimenea desplomada que sale con una travesía muy maja a la derecha en la que hay un par de pitones (V). De aquí llegamos al suelo en un rapel de 50 metros para hacer otra vía, esta sí hasta la cima del Toix.La siguiente que íbamos a hacer tenía equipados los dos primeros largos (IV y IV+), en el segundo hay una bavaresa muy característica y bonita en la que hay que pretarle lo suyo pero sale bien y además tienes bastantes parabolts. El siguiente largo lo hizo mi hermano y poco a poco la cuerda se iba consumiendo y yo no oía por ningún lado "reunión" así que cuando se acabó la cuerda salí en ensamble. La pared iba perdiendo verticalidad, dificultad pero seguía siendo una bonita trepada que nos dejaría en la cima, en la que coincidimos con otros maños. Desde aquí se veía el Mascarat y el Peñon de Ifach, una vista privilegiada.

Canal Roya wall y Opera Prima.

Tres días más tarde de mi última escalada volvía a estar aquí, esta vez con el sherpa, otra vez en Canal Roya buscando un poquito de hielo. Esta vez todo era diferente, estuvimos todo el día entre -8ºC y -2ºC, había bastantes cordadas y por primera vez pude ir de primero.

Empezamos con Canal Roya Wall a la izquierda de Os diables que también tiene un par de largos bastante tiesos. La vía empieza a 85º durante unos cuantos metros hasta que tumba ya al final del largo. Cuando llego a la reunión me vuelve otra vez a dar ya uno de mis típicos mareos, vaya mierda. Esta vez no me arriesgo y montamos el rápel en el abalakov que ya había y a tomar viento.
Cuando piso tierra firme como y bebo en abundancia para ver si se me pasa, esta vez tiene que ser la última. Me recupero con calma y nos preparamos para ir a Opera Prima que dicen que es la más facil de la zona, perfecto para practicar a ir de primero y meter tornillos.
Mas que una cascada parece un corredorcillo bastante facilico y disfrutón. Empieza en una cascada tumbada y cuando acaba hago una travesía a la derecha buscando unas fisuras que había para meter un par de clavos. A partir de aquí es un corredorcillo bastante majo que tiene si mal no recuerdo dos cascadas más cortas y algún pasete en mixto.

Cuando acaba hay que salir a la izquierda que hay una vaguada para bajar que nos dejara en menos de 30 minutos en el pie de las cascadas otra vez.

Os Diables de Panti.

Empieza el año y con él la temporada de invierno, el hielo y todas estas cosas que llevamos los alpinistas esperando meses. El día de año nuevo me llama "el abuelo" para ver si me animaba a ir a Canal Roya a pinchar un poco de hielo, ¿ no es una pergunta un poco estúpida? ¡Pues claro que quiero!

Así que quedamos el viernes a las 5,3o de la mañana y hasta Biescas no teníamos nada claro eso de que íbamos a escalar pues estaba lloviendo... Cuando llegamos al parking hacía un par de gradicos bajo 0 a eso de las 9 de la mañana.
Iñaki ya era la tercera vez o así que venía a Canal Roya, y yo había estado escalando en este valle pero no en las cascadas y la verdad es que cuando llegué me gutó mucho. Iñaki me había advertido de la sobredosis de gente que suele haber por esta zona pero cuando llegamos solo había una pareja de guardia civiles (creo que de Panticosa) que estaban escalando la que nosotros llevabamos idea, pero no era problema porque estaban en el segundo largo y llevaban buen ritmo y nosotros aún nos teníamos que poner todo.

La temperatura era la ideal 0º más o menos. Hasta ahora nunca había escalado muxho hielo que digamos pero vamos que me ví bastante mejor de lo que pensaba, ya que la última vez que escalé en hielo acabé destrozado. Le dije al abuelo que si no le importaba le tirara de primero y depende de cómo me viera ya le tiraría yo.
La vía sale IV, esto es que tiene una pendiente costante entre 80/85º. El primer largo tiene unos 30 metros en los que Iñaki se defiende bastante bien y cuando está todo preparado para que suba yo, voy jopando sin pensarlo borracho de ganas. Me veo muy bien quitando los tornillos y los antebrazos y gemelos no se me están cargando así que si nada falla el siguiente largo es mío, pero cuando llego a la repisa de la reunión me da un blancazo de puta madre y no me puedo ni mover, me siento un poco en la nieve pero no hay manera de que se me pase y tomando un poco de chocolate con nieve, ya que solo no me entraba y esperando un cuarto de hora tirado literalmente en la nieve se me empieza a pasar.

Iñaki insiste en rapelar ya que lo primero es lo primero y tiene razón pero la verdad es que me encuentro mucho mejor pero eso sí le tocara trabajarse otra vez el largo, pero no hay problema porque es un jabato, cuando me toca a mí subo ya sin problemas.
Cuando llegamos a la segunda reunión empezamos a maniobrar para el rápel, le tiraremos en uno de 60 y fuera y cuando me voy a pasar la cuerda por el reverso ¡se me ha congelado el mosquetón de seguridad), siempre llevo un ocho por si acaso pero justo la vez que lo necesitas, no está así que hay que recordar como se hacía el nudo dinámico.

Llegamos a eso de las tres del mediodía y aún nos pensamos si hacer Banana o alguna otra, pero...la verdad es que era tarde para empezar a escalar otra.

Así que comimos algo y me adelanté subiendo al collado porque Iñaki llevaba esquis y me iba a tener que esperar en el coche un buen rato pero conforme iba a bajando por las pistas no veía a este y cuando llegué al coche ( sobre las 17h) no había nadie, así que me acomodé un poco y a esperar, ¿ pero... qué podía haber pasado para que no estuviera ya aquí? Aún no sé la respuesta y ya han pasado algunas semanas de esto, Iñaki apareció por allí sobre las 17,30 y ambos pensábamos que al otro le había pasado algo ya que no nos habíamos visto por las pistas.
Habíamos pillado la peor hora y pillamos todo el tráfico de la gente que bajaba de esquiar, le ofrecí al abuelo ir a mi casa de Villanúa ir el sábado escalar el corredor norte del Pico del Águila pero me dijo que estaba muy cansado y que lo mejor era ir para Zaragoza a descansar.

Borrachets- Masmut.

Segunda vez en Masmut, quedé con Abel en ir el sábado a trepar por estas zonas y esperar por la tarde a Iñaki que vendría con Rubén (el bombero) y el domingo escalar una o dos vías más. La probabilidad de lluvia era bastante por todos lados cerca de Zaragoza excepto aquí que daban 45% así que no nos lo pensamos mucho con las ganas de escalar que teníamos.

En el coche al llegar aún estábamos dudando entre escalar la Borrachets o Libertad de expresión, una vía que solo tenía una repetición pero al final nos decantamos por la primera dejando la segunda para el domingo.

Empecé escalando yo de primero ya que era de los largos más fáciles (V) y cuando subía con el objetivo de chapar un roñoso cordino que tenía a un par de metros o así se me va de las manos un bolo como dos o tres cabezas mías, pierdo el equilibrio pero gracias a que tengo perfectamente colocados los pies no me caigo hasta un pitón enterrado en la tierra a 4 metros o así y como puedo subo hasta la reunión sabiendo que me he librado de un buen sartenazo. La vía está equipada con buriles y pitones (la mayoría oxidados).

Al segundo largo (V+/A1) le tira Abel y lo saca con tranquilidad, en libre creo que sale 6b+, demasiado para nosotros.

El tercero es un largo cortico de IV+ en el que hay que llevar algo porque hasta el primer buril hay 8 o 10 metros limpios. El tercero y cuarto los empalmamos que también hay que pretarles lo suyo porque tienen algún pasito...¡majo!El último largo tiene unos 10 metros o así que es facil llegar a la cima, cuando llegamos a esta cagando leches para abajo porque está empezando a caer agua-nieve.Cuando llegamos a Peñarroya de Tastavins llamamos al abuelo para decirle que está lloviendo sin parar, que nosotros nos marchamos también hacia Zaragoza.

Dificultad: V+/A1.

Fuente del Paco. Villanúa.

Dicen que para los escaladores el otoño es tiempo para reflexionar, en efecto, todas las estaciones son buenas para escalar menos esta en la que siempre esperas inpaciente a que llegue el invierno y el buen hielo (aunque eso es cada vez más difícil).

Pero bueno, se pueden hacer muchas otras cosas muy buenas y disfrutonas también, como es irte con un buen bocata a echar la mañana al monte. Eso es lo que hice el último día de noviembre y más bien que la mar.