Swisspeaks 360, la carrera (esto va a ser largo...)

 Salida a la Suiza, sin mucha pompa, a las 12 de la noche, entre niebla y lluvia. 200+ donde coger tu sitio y luego 1500-

En la primera bajada, la niebla es muy densa y decido seguir los pies de un corredor que baja bastante bien, me guía en el descenso.

 A partir de aquí la estrategia está clara, objetivos a corto plazo, coger tu propio ritmo, correr donde se pueda correr, comer bien, beber bien, no arriesgar.

Subida larga al primer collado (2000+) con niebla, nieve y mucho frío, bajada laaarga con algunas tachuelas hasta llegar a la primera base de vida, Eisten (km 50) donde llego sobre las 8 de la mañana, muy bien de fuerzas, animado y para colmo allí está Jorge con todo preparado cual pit-stop de formula1 con todo lo que puedo querer y necesitar. No estaré más de 20 minutos y de nuevo al camino.

           Fotos desde Eisten, primera base de Vida

Hasta Grimentz (km105, segunda base de vida) pasamos 3 buenos collados (2 de ellos a casi 2900m) donde voy cruzándome con corredores alternando ritmos, cada uno al suyo y llego sobre las 20:20


                                                                   Fotos en Grimentz

Jorge vuelve a estar allí con todo listo, una gran ayuda, tanto en tiempo como a nivel mental.

El no sólo es mi hermano y nos conocemos bien, sino que además, es un gran deportista con gran experiencia que sabe lo que puedes necesitar en cada momento (a partir de aquí ya me quedaré solo ya que él saldrá hacia la salida de la de 170km) 

Me dice que voy entre los 15 primeros, pero poco me importa, queda muchísimo para estar pendiente de esas cosas. Yo a lo mío, poco a poco y centrándome en no perder tiempo en cosas absurdas donde a veces se te van horas.

A las 21:00 ya estoy otra vez en marcha. Llego hasta la cabaña de Becs de Bosson (casi 3000m) en una subida infinita que me come la moral, entre tramos con casi un metro de nieve y mucho frío.

Ya llevo un rato sin poder comer con el estómago cerrado. Mala señal. Solo una sopa en el refugio y de nuevo en marcha que hace mucho frío.

Me junto para la infinita bajada (1600-) con 2 corredores que ahora son ellos los que se aprovechan de mí, que guío el descenso. A mitad de bajada les digo que tiren para delante, que yo me paro con la escusa de quitarme ropa y descanso 5 minutos, prefiero ir solo. Llego a Evolene (km 126) en mitad de la noche donde me encuentro con mis compañeros de bajada bastante escachados. Ellos salen, yo 10 minutos a sopas y a seguir a lo mío. 

Otra buena subida por delante (1400+) y me empieza a entrar el sueño (el problema de las carreras que empiezan a las 12 de la noche es que cuando sales, ya llevas 14-16 horas despierto) 

Llego a Chemeuille (km133) Hora de dormir. Duermo 30 min, 10min. para beber sopas y 20 min. para cagar, lo más importante. En una hora salgo nuevo y sobre las 8:15 de la mañana, llego a Gran Dixence (km148) con un francés, bastante cansado, con mucho sueño y con mucho dolor de tripa.

Gran punto de inflexión de la carrera, donde todavía sin saberlo tomaría una gran decisión. Llego bastante roto con la idea de meterme a  dormir, flojo y sin poder haber comido nada sólido en muchas horas.

                                                            Foto de grand Dixance

Hablo con el médico y le comento lo de la tripa, me da una pastilla y me dice que no duerma, ni coma porque esa pastilla me va a hacer vomitar y si en dos horas no he vomitado, me da otra para que me la tome en ese rato.

Decido salir tal cual he llegado, voy avanzando poco a poco. A las 2 horas paro a coger agua en un río y a tomar esa pastilla. Se me cae y la pierdo. Cojonudo. Pues nada, a seguir. Un alemán (Rainier) y un suizo, con los que iba coincidiendo habitualmente, me pasan como aviones. Les comento lo de la pastilla y me miran ojipláticos. Me quedo sin fuerzas. Tomo referencias subiendo a Prafleuri y me han cogido más de 30 minutos en muy poco tramo. Desastre. 

La bajada es bastante técnica, entre bloques, con bastante nieve y llegando al avituallamiento de grand desert les alcanzo. Esto me anima un montón.

Con los compañeros, el suizo y el alemán, había comentado lo de la tripa. Sentados en el suelo los tres, les digo que a tomar por culo, que voy a comer hasta que reviente, si me tengo que retirar por algo que sea por comer, no porque no tenga fuerza por no comer. Otro punto de inflexión de la carrera, otro acierto.

Subiendo a Louvie ya me veo con mucha fuerza y bajo los 1500- hasta Planpro muy bien.

Aquí, km169, me como una pedazo de raclette a las 14:00 de la tarde, con bastante calor. Estoy recuperado. 

Al salir del avituallamiento me dicen que voy quinto, a una hora y 15min del cuarto, los 3 primeros a años luz, a unas 6 horas. Me cruzo con Rainier, le digo que se coma una Raclette y ya no lo veré más hasta la línea de meta.

Aquí ya sí me preocupo por mi posición. Por delante tengo una larga subida de 1000+ a la cabane de Mille donde voy pensando como gestionar el resto de carrera. Estoy en un buen momento, me siento bien y decido apretar hasta la base de vida, allí veremos como van las diferencias y recalcularé.

                                                                      Cabane de mille

Llego a Champex sobre las 21;15, intento dormir un poco pero nada, antes de las 22:00 vuelvo a salir, animado, hacia la fenetre de Arpette.

Sobre el papel, muy facil, 9km hasta el siguiente avituallamiento, 1000+ y 1000-

La realidad fue muy distinta. Pinchazo de sueño de los buenos subiendo, tuve que parar 4 veces a hacer microsueños, y esos 9km eran bastante más técnicos de lo que pensaba. Resultado: 4 horas para 9km (2 horas para subir y lo mismo para bajar)

Llego a Trient (km 209) zombi, helado y con la necesidad imperiosa de dormir. Muy amablemente me dejan una hamaca que meto en unos baños públicos y duermo una hora.

Me despierto a las 3de la mañana, tomo algo y vuelvo al camino, entre tiritonas. Me dicen en el avituallamiento que no ha pasado nadie en todo el rato que he estado allí ( y llevo más de una hora, cojonudo)

La decisión está clara, lucharé por mantener mi quinto puesto, creo sinceramente que es todo lo lejos que puedo llegar, intentaré sacar diferencia a Rainier pero ni de coña pensar en llegar al cuarto. Sino quiero reventar he de ser realista.

El camino de Finhaut no me gusta mucho, bosque cerrado se baja hasta un río y luego hay una subida muy fuerte hasta el pueblo, donde llego sobre las 5,30 de la mañana. Tomo varias reparadoras sopas. Salgo con el frío amanecer otra vez con sueño.

Por delante, 1200+ al col de Fenestral, que prácticamente los ves delante tuyo en una inmensa subida, voy dando cabezazos de sueño. 

                                                      La larga subida a col de Fenestral

Otra buena decisión, no parar, comienzo a berrear, a cantar a pleno pulmón durante los 1200+ a pensar en toda la gente que me quiere y que quiero, que sé que me están siguiendo y que literalmente, me empujan en esta subida hacia arriba. Llego arriba nuevo, superanimado, incluso me cae alguna lágrima de emoción, he pasado una gran crisis y estoy recuperado.

Bajada muy técnica y lenta hasta el final de un valle y subida por el lado de enfrente al col de Emaney, buen pechugazo. (preguntar a los Suizos sobre la diferencia entre pechuga y pechugazo, mi hermano Jorge se lo estuvo explicando y se ve que lo entendieron muy bien) 

Desde aquí ya se ve el refugio de Salanfé junto a un gran lago. 30 minutos después (en el collado había un cartel que ponía 30min al refu para caminantes, y eso me costó, pero corriendo mucho, este detalle lo comenté luego con mi hermano y él me dijo que a él le costó lo mismo) estoy allí comiendo unas tostadas de mermelada y queso.

Salgo hacia Susanfé, se da media vuelta al lago y se sube un pechugazo que acaba siendo una medio trepada por cadenas. Bajo, paro poco en el refu y sigo. Me cruzo con la novia de Ranier, que sube corriendo para ayudarle en el refu y es ella la que me dice que él vas detrás de mí, como a 30 minutos.

Perfecto, yo sigo a lo mío. Ahora se baja por una zona equipada con cuerdas realmente técnica y peligrosa. Un resbalón y no lo cuentas, me tomo mi tiempo. Pasado este tramo ya se corre mucho hasta Barme, donde llego fuerte a las 15:50. Como crepes y bebo sirope (me estoy afrancesando) y a seguir.

Desde aquí se corre mucho hasta la base de vida de Crosets, llego a las 18:30 (el paisaje todo este rato es fantástico)


                                                                                  Crosets

Les pillo un poco con la base de vida en montaje, como un poco de pasta y a seguir, que ya no queda nada. Antes de las 19:00 salgo, con el fresco de la tarde me siento fuerte. Llego a Morgins (km 274) y por primera vez les digo de que enseñen una tablet con los GPS de la carrera, a ver como voy.

Sigo quinto, sin ninguna posibilidad de llegar al cuarto (esto ya lo intuía) y a Rainier le meto una hora y media. Joder, que bien, iré hasta meta bastante más relajado, no me hace falta apretar, pienso. Otra decisión, esta mala.

Me relajo mucho y voy prácticamente andando todo el rato, el relajamiento me trae sueño y eso hace que tenga que parar varias veces a echar microsiestas.

Desde la base de vida a meta, se puede correr mucho y yo estoy perdiendo mucho tiempo. En la subida eterna hasta Blansex (penúltimo avituallamiento, km297) me doy cuenta de eso y pienso que como a Rainier le dé por correr, me pilla. 

Llego a Blansex, hace mucho frío, me siento junto a la hoguera y me tomo dos tés y dos bollos de canela que estaban cojonudos, 15 minutos después me dá por preguntarles y me enseñan la tablet con el estado de la carrera. Joder, a correr que Rainier está a media hora. quedan 18 km, 14 de ellos en bajada, muy mal se me tiene que dar para que me pille. Aprieto en la última bajada y llego a meta con una gran sonrisa en la boca sobre las 8:20 de la mañana. 

Allí hablo con Renatto, el speaker, un gran tipo. Está la novia de Rainier, con quién charlo sobre la carrera hasta que llega su novio a meta. Nos damos un fuerte abrazo y charlamos sobre la carrera...

Me voy a dormir a la furgo que estoy reventado.

Habrá una tercera parte...

Swisspeaks 2020. Sentimientos y sensaciones los meses previos LA CONTRACRÓNICA

 Como dice Javier, son muchos meses sin escribir, pero no por ello han sido meses en blanco. Hemos podido ir saliendo a hacer alpinismo y con esquis aunque no lo que nos hubiera gustado y nos ha tocado estar encerrados y aplazar muchos proyectos

Apurando las tardes en el Pic de Carroi

La vida y el trabajo me ha traido a Andorra que es un lugar perfecto para vivir y para entrenar, pero como en todos los sitios hay que encontrar la motivacion y las condiciones. Ha sido un invierno raro en todos los sentidos culminado por un encierro forzado.


Mi compañera de fatigas

A principio de invierno decidiamos apuntarnos (Javier y yo) a la Euforia dels Cims, una carrera por parejas de 233km y 20.000 D+ en Andorra. No habia mejor manera de motivarse que correr con mi hermano y tratar de hacerlo bien en mi nueva casa, donde ya habia demostrado en 2018 en la Ronda dels Cims (170km) que estas montañas se me dan bien y se podia estar delante y acabar entre los primeros puestos, como aquel año.


Pero en marzo todo cambio, nos echaron del trabajo, nos encerraron y poco a poco la ilusion y la motivacion fue cayendo hasta el dia que decidieron anular la carrera. ¿Que nos quedaba ahora? Habia que buscar motivacion donde no la habia y la encontré saliendo dia tras dia a pasear con mi perra. Paseos que se iban convirtiendo en pequeños trotes por el monte. Ella agradecia correr y yo tambien asi que decidimos seguir con esto durante el tiempo que duro el confinamiento en España, ya que en Andorra era mas flexible y si permitian salir a hacer deporte (supongo que en España la gente que salia al monte o a pasear con sus perros eran muy peligrosos, pero no voy a valorarlo)

Saliendo a correr por Villanua sin salir del municipio

Y asi paso la primavera, entre subes y bajas de moral y sin ningun objetivo en concreto, corriendo por Andorra y despues ya, por el termino municipal de Villanúa, no fuese que al llegar a Canfranc contagiase (no se de qué) a algun arbol del camino.

Cuando volvió la "nueva normalidad" empecé de nuevo a trabajar en Villanua y decidí acompañar a mi hermano y apuntarme a la Swisspeaks 170. Me hubiera gustado correr la de 360km (ademas es una distancia en la que creo que me adapto mejor) pero de momento la organizacion habia dicho que serian 280 km (al final fueron 314km)  y economicamente requiere un gran esfuerzo y tampoco estaba muy claro que se fuera a celebrar, por no hablar de que a los españoles no nos dejaban entrar sin hacer cuarentena en casi ningún pais.

Algo de alpinismo los findes

Pero bueno, me adaptaria y trataria de correr los 170km. Para ello tocaba salir a correr de verdad, no valia lo que habia hecho hasta ahora. La experiencia dice que si quieres ir a estas carreras hay que entrenar, no para quedar entre los primeros, eso es lo de menos, si no simplemente para sufrir lo menos posible y poder llegar a meta dignamente y sin tener que pegarte despues un mes en la cama.

 

No tengo la desgracia de trabajar en una oficina y con el trabajo me di cuenta que no podia salir a correr por las tardes (si podia pero estaba destrozado) asi que decidí, al igual que mi hermano empezar a madrugar y salir sobre las 3 de la mañana a correr (mi perra decidio que muchos dias tendria que salir solo, que era muy pronto para salir), para llegar a las 7 a casa, a tiempo para duchar, desayunar y marchar a trabajar. Otra de las ventajas que tiene vivir en un pueblo es que desde la puerta de casa ya estas en el monte y llegar al trabajo cuesta menos de cinco minutos y asi optimizas mucho mas el tiempo.

Yo paso de salir que son las 3 de la mañana!!!
Amanece en Punta Espata

 Ahora si, habia un objetivo y habia creado una rutina. Hablaba con Javier por telefono y me motivaba que el estuviera entrenando. Yo sabia que podia hacer un buen tiempo y aun me quedaban 5 semanas para la carrera cuando decidí robarle media mañana a mi chica para despues de salir al monte con ella, hacer una carrerita y acabar de ganarme la comida. Era el primer dia que salia a correr con la luz del sol desde hacia mucho tiempo pero todo salio mal, muy mal.

 

En la primera bajada iba rapido y pise mal. Pude escuchar perfectamente como algo cerca de mi tobillo hizo "crack" y tuve que parar. Senti dolor y perdi movilidad al instante pero pense que seria temporal asi que bajaria andando el trozo que me quedaba y despues seguiria para arriba convencido que no seria nada, pero a los pocos minutos me di cuenta que cada paso que daba me costaba mas asi que la duda ahora era si podria llegar abajo por mi cuenta. Al final tuvieron que subir a buscarme hasta el punto mas alto que pudo llegar con el coche.

Antes de ir al hospital no pintaba muy bien

 Estaba claro, algo en ese pie no iba bien y habia que ir al hospital. La Swisspeaks se habia acabado antes de empezarla y se lo dije a Lara. Se enfadó y mucho, sus palabras fueron "sabia que me lo ibas a decir y aun no sabes ni lo que tienes. Queda mucho y seguro que no tienes nada" Supongo que lo que realmente queria decir era "no te has levantado tantos dias a las 2 de la mañana, ni has estado perdiendo sueño y vida social, ni robandome tiempo, ni dejando de hacer otras cosas como para tirar la toalla tan rapido, asi que no seas flojo que en peores has estado" y tenia razon, como casi siempre.

Dos semanas mas tarde

En el hospital, despues de hacer las pertinentes radiografias me pasan a la sala de "yesos" y aparece una enfermera que me confirma lo que no queria escuchar pero le digo que me voy a estar muy quieto los proximos dias y que no me hace falta escayola, que me ponga una venda compresiva y sera suficiente. Se va a consultarlo y vuelve con el médico al que convenzco y salgo del hospital casi tal cual habia entrado. Me dice que las muletas si que las tendre que usar y le digo que eso si, sin problemas.

Pie en alto y relax

Y asi, sin mucho movimiento pasan las siguientes 4 semanas. A las dos semanas ya estoy en el monte trabajando y el ultimo fin de semana antes de la carrera salgo al monte a andar ligero sabiendo que si puedo andar probaré a correr y llegaré hasta donde pueda.   


Ultimo paseito para engrasar la maquinaria

Los dos dias antes de salir los paso en el balneario de Panticosa saliendo a caminar



Otra cosa no, pero cabezón soy un rato largo y estoy convencido que llegaré a tiempo para correr.

El viaje a Suiza en la furgoneta se hace largo pero vamos turnandonos al volante y llegamos tranquilamente en un dia y medio.

La cosa iba mejorando y ya podia andar

 El dia de la salida de Javier decido salir a trotar un poco mientras trata de descansar un rato. No habia ninguna duda, pero me confirmo a mi mismo que el jueves volveré a vendarme el tobillo para tratar de limitar el movimiento que me produce dolor y saldré a correr, pero desde el martes a las 0 horas hasta entonces me toca ayudar a Javier todo lo que esté en mis manos, pero no voy a adelantar acontecimientos...

Tecnica depurada (y casera) de inmovilizacion

Swisspeaks 2020. Sentimientos y sensaciones los meses previos

 Muuuuchos meses sin escribir, muy en forma y buenas rutas de alpinismo que estábamos haciendo antes del confinamiento, buenos encadenamientos de rutas por nuestro pirineo y muchos planes que quedaban en el cajón para pasar al encierro forzado.

Tras terminar mi última carrera allá por 2016 (4k valle de aosta) y retirarme de la Ronda dels cims en 2018, este año quería correr, pasar tiempo en el monte.

En la misma semana de noviembre me despidieron del trabajo( lo cual era esperado) tuve un hijo (esto también era esperado y buscado, desde hace 9 meses) y me apunte a la Swisspeaks 360. 

Me quería demostrar a mí mismo que podía ser capaz de correr largas distancias, ese era mi único y real objetivo.

También terminé un máster en dietética y nutrición con lo que ahora intento ganarme la vida.

Muchos frentes abiertos, no iba a ser fácil concentrarme en la carrera.

Creo que es bastante difícil centrarse en un objetivo tan a largo plazo pero lo iba a intentar, me iba a poner pequeños retos para motivarme e intentar llegar fuerte a la carrera.

Dicen que tener un hijo te cambia la vida, sin duda lo hace, pero depende de uno mismo en que sentido te cambiará. 

No hay que cambiar, simplemente adaptarse, como en todas las circunstancias de la vida y, a mí, sin duda, me la ha cambiado para mejor y gran parte de ese éxito que es sacar una familia adelante la tiene sin ninguna duda mi compañera desde hace 13 años, Lorena, que se merece un monumento.

Poco  a poco iba entrenando, desde octubre hasta Navidad intenté correr en plan tranquilo, coger sensaciones, muy poco a poco y estirar mucho. También hice mucho ejercicio de bosu, equilibrios para mis maltrechas caderas (otra motivación era demostrarle su error a los médicos y fisios que me habían dicho que poco más que tenía que llevar una vida normal, o sea, sedentaria, para conservar mi cadera)

Los meses previos me había relajado, otro de los objetivos para llegar a la carrera con opciones de terminar era adelgazar 18kg. Mis recientes estudios me ayudarían.

Me puse un plan que intenté cumplir y lo conseguí. Sin duda, es la parte más dura de la preparación, sobre todo mentalmente.

Mola mucho ver como vas evolucionando a mejor. Mejorando poco a poco. Los dolores se van mitigando y la motivación va creciendo. Vas adelgazando, vas corriendo más y más, te sientes bien.

Y llega el coronavirus, que te descojona todo.

 Para empezar ni siquiera se sabía si se iba a celebrar la carrera. 

Encierro y bajón físico y mental (estas preocupaciones a mucha gente le pueden resultar absurdas, con la cantidad de gente que ha muerto, pero eran mis preocupaciones, por suerte nadie de mi circulo de amigos-familia ha sufrido por esta enfermedad)

Tuvimos la suerte que como estábamos pasando la baja maternal en el Pirineo, allí nos pilló el confinamiento. 

No voy a mentir, si me pilla en la ciudad me pego un tiro.

Estar allí por decirlo de alguna manera me permitía... ciertas flexibilidades.

Cuando terminó el encierro, todavía me quedaban 8 kg por perder y mi mujer tuvo la opción de teletrabajar. Seguíamos en el Pirineo.

Para tener cierta vida familiar, yo me levantaba todos los días de 3,30 a 4 de la mañana para entrenar, hasta las 8,30- 9,00. Luego todo el día con el niño y el resto de quehaceres de una casa para a partir de las 18,00 disfrutar de la vida en familia. Prontito a dormir, que mañana hay que madrugar...

El que algo quiere algo le cuesta y si se quiere, se puede, hay que buscar horas donde no las hay.

A final de mayo nos confirmaron la celebración del evento. Habría alguna modificación y el recorrido oficialmente serían 314km y 22500+/ 24000-

Mi hermano Jorge se anima y se apunta para la de 170 km.

Seguimos entrenando y poco a poco nos acercamos a un buen estado de forma.

Buenos entrenos (nunca hice una tirada de más de 10 horas, pero muchas de entre 4 y 6 y entre 2000 y 3000+) y se va acercando la fecha.

A falta de mes y medio Jorge se rompe el tobillo (consigió salir a correr 4 o 5 días antes de la carrera) y a mí, a falta de 4 semanas me salen unos entrenos buenísimos, seguidos de una semana de un bajón brutal físico y mental.

Todo el esfuerzo de los meses previos se va al garete. Me paso una semana hundido, comiendo y bebiendo, desentrenando y sin poder hacer nada de monte, hasta me siento delante del ordenador para escribir una carta de renuncia a la organización.

Lo pienso mucho y cambio el chip, todavía quedan 3 semanas. Me recupero. Ha sido casi un año de esfuerzo y de brutales sube y baja, mentales y físicos.

Como me dijo mi mujer, no es solo tu esfuerzo, es también el nuestro, como familia, ya has llegado muy lejos para renunciar ahora.

Saliditas rápidas y sencillas al monte, hay que mantener y no perder todo lo conseguido (las 3 últimas semanas no pasé de las 3 horas y 1600+ en cada salida)

Dos días antes de la salida, llegamos a Suiza, una mentirijilla en la aduana y no nos poner ningún problema para pasar.

Elección de material, últimos preparativos y motivación a tope antes de la salida, desde el precioso pueblo de Bettmeralp.

Estoy en la línea de salida, solo los más cercanos saben el esfuerzo que me ha costado llegar aquí.

A partir de ahora, a ser inteligente, con la experiencia que te da haber ya hecho dos veces esta distancia.

No tenía ninguna duda, si me aguantaba la cadera, lo iba a dar todo para llegar al lago Leman.