Fuimos aproximando por intuicion y en cuanto se fueron las nubes vimos que estabamos en el collado aunque la pared seguia totalmente cubierta, tras pensar en darnos la vuelta, los minutos de indecision hicieron que se levantaran las nubes y aproximamos al refugio de Pombie donde nos tomamos un te caliente para templar el cuerpo.
Una vez en la pared, dos largos para entrar al corredor y desde que pisamos nieve en ensamble tragando purgas hasta el ultimo resalte.
Desde el collado, pequeña travesia, cuatro rapeles a 60 metros y un poco de culinbajing nos dejaron otra vez en el refugio con muy buen sabor de boca para acabar una gran semana de vacaciones.
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