Pedrizeando un poquito.

Este fin de semana tenía pensado ir a escalar a Torozo, una zona cercana de Ávila en la que debe haber buenas vías de tapia, pero a última hora recibo un mensaje de Korkuerika diciéndome de quedar para ir a trepar a la Pedriza pues se va a venir el fin de semana, así que ese será nuestro objetivo.

Patri, que nos esperaba allí para cuando nosotros llegábamos también había estado allí, el único que no conocía todo aquel espectáculo era yo. El sábado fuimos a pasar el día al Cancho de los Muertos, un sector de la zona, a unos tres cuartos de hora del parking.

Para calentar y probar el granito pedrizero empezamos con un 6a que salió en libre y a vista y luego hicimos una vía corteta que subía en dos largos hasta la cima de este mallo de unos 60 metros o así. Cuando bajamos nos enteramos de que el pedazo de techo que se ve desde el suelo tan solo sale 6b, por lo que deducimos que tiene que haber cazo así que nos animamos a darle, pero para ello habrá que hacer otro largo más, pues está a mitad de pared.


Decido atacarle yo a ver si encadeno mi 6b a vista sabiendo que la caída es limpia y "no puede pasar nada" lo intento un par de veces pero no le echo huevos, no me atrevo a darme el paso, no veo hacia donde hay que ir así que le dejo a Juan.
Él lo saca sin problemas y cuando monta reunión en la cima del peñón, pruebo otra vez. Ahora sí sé donde hacia donde hay que ir, pero me acabo colgando, pero entoncés resurge de mí la vena deportivera que hacía ¿años? Sí, años que no me había encontrado, diciendole a Juan que me descolgara que volvería a probar el paso y...¡lo saqué! Liberé mi primer 6b. ¿Alguno tenía que ser el primero no?

Así que después de todo el día de un lado para otro y sin parar bajamos para el Parking. Cuando llegamos, dejamos todos los macutos y nos vamos al bar tal y como nos hemos merecido hasta que el vino nos "cierra los ojos".

Lo que empezó como algo dudoso debido a que las nubes amenazaban continuamente acabó siendo un día perfecto entre chistes, risas y buen ambiente.